Llegó el acuerdo, y con él... la calma y el disfrute.



No me gusta escribir con prisas, no me gusta escribir para salir del paso o por tenerlo todo apuntado sin más. Escribir es otra forma de volver a vivir momentos que tan rápido pasan durante las carreras y que al ponerlos por escrito se van estirando en el tiempo, se viven más lentos, se comprenden mejor, se interiorizan y sirven de deleite por segunda vez. Aquí es realmente donde te das cuenta de qué es lo que ha pasado.

Después de La Sagra volví a los entrenamientos con más ganas si cabe... por esta fecha ya habíamos establecido que nuestro objetivo de 2011 iban a ser los 101 de Ronda a pie y si era posible, iríamos por equipos. Yo volví de la Sagra tocada, sabiendo que en el verano había mejorado pero que para cierto tipo de carreras aún no era suficiente. Me había planteado como objetivo terminar en tiempo una prueba de ultrafondo cuando hacía poco no era ni una corredora popular, ¿estaba loca??? seguramente no... o al menos no por este motivo.

En medio de toda esa vorágine, Eli mandó un correillo sobre un ultrafondista que comentaba sus entrenamientos semanales para una prueba de 100kms. Copió y pegó sin explicar más nada, Yo por mi parte lo interpreté a mi manera, me fue directo al alma. Respondí al correo plasmando todas las cosas que teníamos en contra y a favor para este tipo de pruebas y me sirvió para llegar a la conclusión de que la casa no había que empezarla por el tejado..., que la ilusión no debe faltar pero que hay que empezar a entrenar desde abajo para ir aumentando y sólo el tiempo diría si podríamos seguir adelante con el objetivo o no. No está mal leer sobre el ultrafondo y entrenamientos que siguen corredores más experimentados, pero para mi no dejaba de ser sólo el horizonte que esperaba encontrar en un futuro si seguía en la misma línea de entreno.

Al final, después de mucho darle vueltas llegué a un acuerdo conmigo misma: seguiría entrenando para seguir mejorándo pero planteándome no volver a hacer pruebas que fueran inalcanzables con los entrenamientos que preveía hasta el momento de la prueba.

Con este acuerdo me relajé, aunque sabía que tenía la inscripción a Jarapalos a la vuelta de la esquina y el ánimo quizás no fuera suficiente para atreverme este año con ella...

Fantasmas aparte seguí entrenando con la ilusión de que la próxima carrera era la de la mujer y ahí iba a disfrutar mucho. Me relajé y los entrenamientos empezaron a ir cada vez mejor. Cuando salía sola era capaz de hacer tiradas más largas sin apenas sufrimiento y los martes en Alcalá empecé a pegarme a Eva como una lapa. Esto me fue dando más confianza, Eva iba a un ritmo cómodo para ella y aunque para mi suponía el mismo esfuerzo que una competición, estaba pletórica sabiendo que había podido seguirla, junto con Dani y Fernando. Recuerdo los entrenamientos con una sonrisa en los labios, Eva tirando fresca como una lechuga, los 3 por detrás con la lengua fuera y preguntando... ¿a cuanto vamos ahora mismo? A 5 min el km o algo menos. Y ese Fernando quejándose... No hombre, no puede ser que vayamos a estos ritmos por estos terrenos y estas cuestas!! pero en el fondo disfrutando como todos de aguantar corriendo.

Lo mejor las caras de sorpresa de los compis de entrenamiento al comprobar mis avances y las felicitaciones cuando nos juntábamos todos una vez finalizado el entrenamiento.

Lo que espero seguir sientiendo... la sensación de ir corriendo a lo más que le dan a una las piernas, bajar un pelín el ritmo para enfilar una cuesta y darte cuenta de que aún en la cuesta las piernas van de lujo y que puedes acelerar, sensación ALUCINANTE.

Por ahora estas sensaciones las tengo cuando mis piernas quieren, así que en las carreras estoy a expensas de lo que ellas digan, el siguiente paso será aprender a correr dándolo todo aún teniendo un día malo. Cómo o cuándo aparecerá es como el resto de cosas que han ido aconteciendo un misterio que se me desvelará a su debido tiempo. ;)

1 comentarios:

Unknown dijo...

La piernas quieren y la cabeza manda. Ellas obedecen a la cabeza aunque hay veces que se revelan, pero es la cabeza la que debe mandar y hacer que le resto del cuerpo disfrute.

Me alegro mucho de que hayas encontrado puntos de gozo y disfrute deportivamente hablando. Todavía te quedan mucho y lo mejor de todo, que no sabes como son ni cuando llegaran. Sorpresa!!!