EcoTrail de Paris 80 km. II Parte

0 comentarios



Había arañado algo más de 20 minutos al reloj y en el avituallamiento había estado casi 10. Iba realmente justa, pero pasaba de ir agobiada. El día anterior cuando dimos una vuelta por los stands en la carpa donde recogimos los dorsales, uno de la organización con el que hablamos me dijo que el secreto aquí estaba en ir reservando, que la mayoría de gente que abandonaba era porque salían demasiado rápido, así que fui dosificando los esfuerzos y las energías.

Seguí adelante junto a Natalie y a las 3 horas, como corresponde, me tomé el segundo bote de fost print sport, que no es otra cosa que un aporte natural de los nutrientes que va perdiendo el cuerpo. El primero me lo tomé en la salida. Un poco más adelante empecé a oir truenos... 'No es verdad' pensé, 'No es verdad que va a llover' O_o

Ya íbamos en pleno bosque y a veces cruzábamos zonas de carretera pero sólo para acceder a otra zona de bosque. Es difícil acordarse qué pasó en cada kilómetro de la carrera, de hecho tengo los paisajes también algo difusos. Recuerdo subidas, bajadas, hojas en el suelo, árboles muy altos y gente alrededor. No iba mal, en la mochila más peso, aunque ciertamente eso era lo de menos, el caso es que no terminaba de ir cómoda. Las cuestas eran bastante pronunciadas en esa parte y cuando las veía me echaba a reir porque todo el mundo resoplaba jajajaja era gracioso. Al menos se veían de principio a fin y uno podía dosificar el esfuerzo.

Iba bebiendo regularmente, los anteriores días con eso de estar tirados en la calle viendo cosas no me había hidratado como debía y tenía miedo de que pasara factura. No recuerdo muy bien el momento, creo que fue por el kilómetro 30 cuando empecé a notar raro el estómago... se ve que las cuestas no las estaba llevando del todo bien, además que hacía como bochorno a ratos, sólo esperaba que se quedara en esa sensación, ya que si lo que ocurría es que estaba pecando de beber mucho, al final lo echaría por algún lado. Me costaba recuperarme después de las cuestas arriba y tenía que andar. Natalie iba a mi mismo ritmo, andando un poco después de subir las cuestas, pero era ella siempre la que decía 'Let's run'.
La cabeza me estaba jugando una mala pasada... y si corría demasiado y me quedaba sin fuerzas? y si estaba así ahora... cómo iba a estar cuando vinieran los kilómetros en los que llevas ya nosecuantas horas corriendo?

Algo interrumpió mis tribulaciones. Por el kilómetro 35 no aguantó más y se puso a llover... aquí si que me dio la risa floja. Sólo esperaba que no lloviera demasiado y que la mochila aguantara el tirón y no se mojara lo que había dentro, pero claro, eran muchas cosas las que esperaba, a ver que ocurría al final. Lo único que llevaba en bolsa estanca era el móvil, el DNI y el dinero, el resto de cosas (como no iba a llover) las llevaba tal cual, y las bolsas estancas en el apartamento. De poco valían más lamentaciones así que a otra cosa mariposa!!

Como poseida por la rabía que me estaba dando la situación en general me concentré en correr, no para llegar a ningún sitio en especial, sino para salir del alcance de la nube que tenía encima. Así que, lejos de incomodarme la lluvia me vino genial. Empecé a tirar, y a no dejar correr. Ya no andaba, sólo corría. Adelanté a unos cuantos y con otros iba haciendo el elástico. A estas alturas de la película ya estaba oficialmente empapada.  No iba pendiente de Natalie y en algún momento la perdí, seguro que no estaba muy lejos. Lo peor es que había perdido cualquier referencia kilométrica, ya que allí nadie parecía saber en qué kilómetro estábamos y el que lo sabía no hablaba inglés ni español.

De pronto empezamos a ver edificios, era el observatorio de Meudon que yo conocía por fotos que había visto en internet de otras ediciones. Había dejado de llover hacía ya un rato y tenía pinta de que la cosa aguantaría así. No llevaba frío y no notaba la humedad por lo que me cambiaría si era necesario en el 2º avituallamiento. Serían más o menos las 19h y la luz amenazaba con irse pronto. Por primera vez la vi, allí estaba a lo lejos, la Torre Eiffel y yo me sentía genial a esas alturas de la carrera ;) Sabía que al 2º control no le quedaba mucho tiempo por aparecer y yo suponía que a unos 2 o 3 kilómetros.


Cual no fue mi sorpresa cuando a lo lejos vi una carpa, que alegría en un principio y que desconcierto cuando vi que era pequeña, que no parecía que hubiera avituallamientos y que además me resultaba demasiado pronto para que fuera el kilómetro 56. Y lo ví... un cartelón como la copa de un pino de grande donde ponía 46 km. Pues si que me había colado yo en mis cálculos, a pesar de todo lo que había corrido ¿cuánto tiempo habría perdido cuando no me encontré del todo bien?... uff. Se trataba del control de frontales, todo aquel que no llevara la banda reflectante y el frontal no pasaría. Me compuse y además me cambié de ropa ante los ojos sorprendidos de la que allí estaba... joder, si me hubiera quedado en pelotas aún puedo entenderlo, que tampoco, pero sólo fue la camiseta... Nada, yo a lo mío, realmente estaba disfrutando tanto y me sentía tan agusto que prefería no pensar en tiempos ni en controles. Le pregunté a uno cuantos kilómetros quedaban para el siguiente avituallamiento y me dijo que casi cinco. Ahora si que no me cuadraba nada... ¿El avituallamiento 2 no estaba en el kilómetro 56? en algún momento debieron cambiar de planes y lo pusieron en el 50. De cualquier forma sólo me quedaban 5 kilómetros hasta el siguiente punto de control y no, 10 como había pensado en un primer momento cuando vi el cartel, lo cual era un alivio. Que bien iba ahora con ropa seca. El frontal me lo puse por encima de la gorra, se sujetaba perfectamente y era más cómodo que directamente en la cabeza. En breves instantes se fue completamente la luz. Esta zona en la que entrábamos era de nuevo bosque de altos árboles. Empezaron a aparecer los primeros signos de barro en el camino, aquí me vino muy bien haber participado en Citadelles. Comparado con esa carrera esto ni era barro ni era nada. ;) Eso si, había un montón de sapos blancos por el camino... pobres, yo intentaba no pisarlos pero con algunos la cosa ya no tenía solución.

El camino estaba balizado con cintas reflectantes que colgaban de árboles porque todo estaba a oscuras, sólo se sentía oscuridad y amplitud. Y de vez en cuando una serpentina de luces a lo lejos que se iban acercando. Había gente que ya sólo andaba y yo, ante todo pronóstico seguía corriendo. De noche una de las cosas que más me sorprendió es que se pierde la perspectiva, me costaba saber sobre todo si iba cuesta arriba, así que seguía corriendo, y sólo cuando estaba en mitad de la cuesta me daba cuenta y me ponía a andar. No podía malgastar fuerzas, a partir de ahí comenzaba la carrera y a partir del kilómetro 56 todo iba a ser nuevo para mi. De pronto empecé a escuchar música y jaleo, segundo avituallamiento a la vista!!!! y lo mejor, por los pelos pero había entrado. Ahora en el cartel aparecía '53 km', no entendía nada, pero, bienvenidos eran esos 3 kilómetros más :D



En esta segunda parte me había 'comido' los minutos que llevaba de colchón, las 5 horas que daban para ese tramo y parte del cuarto de hora extra que se podía estar en el avituallamiento. Eran las 20:35 cuando entré, había tardado 05:31:51 con unas pulsaciones de 152ppm de media y 178ppm de máxima. Iba en la Posición 1643.

EcoTrail de Paris 80 km. I Parte

1 comentarios



Nos fuimos a París el jueves a eso de las 7:30 am. Nada más llegar allí comenzamos a patear esa preciosa ciudad y seguimos así durante los días previos a la carrera. Por la noche llegábamos al apartamento con las piernas reventadas de estar fuera todo el día, pero por la mañana comprobaba con satisfacción que estaban como nuevas. [Nota.- Esta forma de proceder está en el manual de buenas prácticas del corredor, junto con la estrategia de carrera global que te llevará a meta, 'Empezar fuerte, mantener el ritmo y acabar esprintando' by Bernardo :D.] Por supuesto esto es irónico pero... ¿quién se resiste a visitar la preciosa París? No seríamos nosotros.

El día anterior fuimos a recoger el dorsal y sin problemas, todo muy bien organizado. Nos informamos del transporte hasta Saint Quentin en Yvelines, donde estaba situada la salida para la de 80km. Ya se respiraban nerviecillos así que a las 20:30 o 21:00 estábamos en casa para cenar nuestra propia 'cena de la pasta'. Cenar, dejarlo todo preparado y a la cama, esperando que al día siguiente las piernas estuvieran listas para el tute.


A la entrada de la recogida de dorsales el equipo del Alcalareño

También hubo tiempo para hacer el ganso...

Las chicas

Y los chicos

Estaba haciendo un tiempo excepcional, un solano increible y muy buena temperatura, además antes de salir de España habíamos visto que el tiempo para el día de la carrera era magnífico, así que aunque en un principio pensaba correr con mallas largas, el día anterior decidí ponerme las piratas. Si iba abrigada de más, pasaría calor y eso supondría peder demasiado líquido y sales, aún así, nos comentaron que por la zona de los bosques haría fresquete así que para la parte superior llevaría una camiseta térmica fina. Además de todo el material obligatorio (manta térmica, depósito de 2L, una taza para los avituallamientos, una venda elástica y adhesiva, mallas al menos por la rodilla, cortavientos, banda reflectante, frontal, pilas de repuesto, dni) decidí llevarme unos calcetines de repuesto, una camiseta técnica de manga corta de repuesto, el mp3, teléfono, algo de dinero, y la 'comida' (dos barritas, 4 botes de fost print, 1 gel y unas cuantas gominolas de power bars). Además, como no iba a llover el impermeable obligatorio lo cambié por un cortavientos. De líquido puse sólo 1 litro de isotónico (marca decathlon), ya habría tiempo de llevar más peso, cosa que vendría para el segundo tramo de la carrera.

Nuestra carrera salía a las 12:30 pm y la de 50 km que es donde iba Julia a las 10:30, así que madrugamos un pelín y la acompañamos hasta la estación del RER. Allí la embarcamos con un par de Franceses (ya se encargó Eli de aleccionarlos para que la cuidaran) que iban también a Versalles donde se ubicaba la salida para la EcoTrail de 50km.

JoseLuis, JoseVal, yo, Eli y Julia en la estación de tren, justo antes de despedirnos de julia.


 Esperando nuestro tren en la estación conocimos a Sascha y Brigitte, dos alemanes que habían venido también a correr la de 80km. Destacaba su alegría y simpatia, así que de momento comenzamos a hablar. Todos andábamos un poco despistados con el tren que había que coger, pero al final dimos con la tecla y a eso de las 09:30 o 10:00 estábamos en Sain Quentin. Había un avituallamiento donde pudimos desayunar café y pasteles. También coincidimos allí con un Jerezano, Miguel Ángel, al que le había tocado la inscripción a esta carrera, y allí estaba, dispuesto a echar un buen rato y disfrutar de la prueba. Una vez llena la barriga nos tiramos en el cesped a dormir un rato... total, que podíamos hacer? Buena siesta que nos pegamos Eli y yo antes de la salida, luego al baño, dejar las bolsas en el guardarropa, últimos preparativos y a la línea de salida, donde nos dio tiempo de echarnos una foto con Brigitte.

Brigitte, Eli y yo

Eli, JoseVal y JoseLuis al poco de acomodarnos

El momento de la siesta de las gallinas
Eli, yo, JoseLuis y JoseVal

La charla técnica sobre la carrera, como cabía esperar, fue en Francés, de algunas nos enteramos porque Miguel Ángel nos las tradujo y de otras no tanto, como por ejemplo que la carrera realmente tenía casi 84 kms o que los carteles que señalaban los avituallamientos no tenían la distancia correcta debido a que eran los mismos que en la edición anterior y que el recorrido había variado un poco. Así pues felices en nuestra ignorancia y con 4 kilómetros más en el recorrido, empezamos a correr en cuanto dieron el pistoletazo de salida. Gente de 35 paises diferentes nos dimos cita allí, aunque nadie se dio a conocer cuando preguntaron 'Is here any japan runner?' Un minuto de silencio por las víctimas de la catástrofe de Japón y a correr.


Al principio y hasta que salimos al camino era todo hierba y casi íbamos parados, había casi dos mil personas, tardamos bastante en pasar por el arco y además íbamos andando a tramos.

Al principio de la carrera


Vamos andando. Por cierto la de azul es Natalie.

La primera parte de la carrera daba una vuelta por los alrededores del campo de golf y volvíamos a la salida, íbamos todos apelotonados y había momentos en los que teníamos que andar por los cuellos de botella. En esa primera parte había mucha gente animando y como en nuestros dorsales aparecían nuestros nombres y la bandera del pais, alguno que otro se atrevía a pronunciarlos para animarnos. Durante esa primera parte Eli y yo fuimos juntas y siempre rodeadas de gente. Que sensación más extraña, normalmente a las carreras que vamos parece que todo el mundo huye despavorido, en cambio en esta ocasión no era así... ¿sería por los kilómetros que teníamos por delante? puessss quizás si :P.


Hacía fresquito pero cuando empezamos a correr, en los lados donde no había sombra el sol picaba. Llevaba la camiseta de manga corta en la mochila, si veía la cosa cruda me cambiaría y asunto solucionado, aunque esperaba no tener que hacerlo antes de llegar al avituallamiento 1, por aquello de no perder tiempo. Sabía que terminar 80 kms en 12h30' como máximo me venía justo. Opté por ir muuuy tranquila sin ningún exceso y forzando cero, pulsaciones controladas.

Los 10 primeros kilómetros fueron casi llanos, pasamos por lagos y cerca de gente que jugaba al golf. En una parte del recorrido Eli se quedó un poco atrás y fui adelantándome, aunque sin perderla de vista, la llamaba pero se lo chungo que es no ir a tu ritmo, así que viendo que la podía estar agobiando seguí hacia adelante, aunque esperaba que me cogiera. Seguro que aparecería cuando menos lo esperaba y juntas iríamos haciendonos compañía en tantos kilómetros. Allá por la estación del RER en la que nos habíamos bajado horas antes para llegar a la línea de salida y por la que ahora pasaba la carrera yo ya iba sola.

La carrera pasaba por la estación RER de Saint Quentin


Comentaba en inglés con gente que me preguntaba, incluso uno al preguntarme que de qué parte de
España era y yo decirle 'Andalusia' me dijo, 'Oooh, Andalucía... allí todo llano', pensé para mi... 'Tú no andas despistao... no ni ná'..

Ahora dejamos la ciudad y volvemos a meternos por bosque, seguía habiendo mucha gente y empecé a coincidir en ritmo con una chica, Natalie, que hablaba algo el inglés, así que fui con ella hasta el primer avituallamiento. En la parte del recorrido donde empezaron las cuestecillas me di cuenta que el perfil aunque no demasiado exigente en desnivel iba a ser un rompepiernas. Corría en llano y bajadas y en los falsos llanos, las cuestas arriba más largas las andaba. El día empezó soleado, pero estaba tornando a nublo.

Eran las 15:07 cuando llegaba al primer avituallamiento en el kilómetro 21 (realmente el 22). Aquello parecía un guateque, había hasta un grupo de música tocando y lo mejor de todo... coca-cola!! Me bebí 2 vasos de cocacola, rellené el camel bak con 1 litro de agua más.


Primer Avituallamiento

La banda de música que tocaba canciones muy conocidas

Cocacolaaaaa


Natalie, me dijo que si íbamos juntas y le dije que ok, que iba cómoda a su ritmo, al fin y al cabo había surgido de forma natural. 'To the next 30 kilometers!!' me dijo y allí fuimos.

En este tramo, desde la salida hasta llegar al avituallamiento había tardado 02:38:16 con unas pulsaciones de 159ppm de media y 178ppm de máxima. Iba en la Posición 1808.

To be continued...


Un martes cualquiera...

0 comentarios



Cartel de la prueba

A menos de 4 días de la carrera, escribo esta entrada que se publicará justo en el cierre de la meta de la Ecotrail. Y la escribo más por la necesidad de desahogarme que por lo que puedan aportar mis palabras.

Parece que he salido del agujero de malestar físico en el que me metí después de la maratón y que tuvo su punto álgido después de la caida del Trail de Cabo de Gata. Parece que físicamente estoy mejor, incluso algo más relajada de mente, no he podido entrenar mucho, por lo que tampoco tengo mucho que perder, por ahora tan sólo los nervios típicos ante lo que se avecina. Se podría decir que desde que terminó la maratón el sentimiento ha sido como que mis entrenamientos estaban siendo manipulados por algo que yo no podía controlar. Ahora pienso que quizás mi cuerpo me estaba hablando y me decía 'Nena!! Para!!', aunque tardé demasiado en darme cuenta.

No tengo pasado deportivo y me estoy metiendo en cosas demasiado grandes. No es que no pueda llevarlas a cabo, no me refiero a eso, es sólo que he de respetar los tiempos de recuperación, que esto no es "2+2=4" y que por muchas cuentas de kilómetros, pruebas y horas de entrenamiento que se hagan, los tiempos de recuperación los marca tu cuerpo.

Ya llevo un par de días nerviosa con la Ecotrail, mi intención después de la maratón era recuperarme sin hacer nada en una semana, tal y como hice, y empezar a cargar de nuevo. Por supuesto, no esperaba encontrarme muchos de los sucesos que han acontecido y que han impedido que 'vuelva a la carga'. Hace un mes me sentía preparada para comerme los kilómetros que me pusieran por delante, y hoy dudo si llegaré a divisar siquiera a lo lejos la Torre Eiffel en la Ecotrail.

Al final todo depende de con qué ojos veamos las cosas y me toca ver el lado positivo a este parón; creer con absoluta certeza que se corre con la cabeza y no con las piernas. Y al menos, mis cuerpo irá descansado y espero que la mente relajada.

Estas dos últimas semanas las he dedicado a recuperarme y posteriormente a intentar coger de nuevo el hábito de correr. No he seguido ningún plan de entrenamiento, sino que he salido a correr y punto, sin grandes excesos ¿Para qué? al haber estado enferma y no poder subir al volumen de entrenamientos que me habría gustado, habría supuesto un esfuerzo innecesario del que mi cuerpo necesitaría más tiempo de lo normal en recuperarse. Así que opté por la vía del descanso (si no puedes con el enemigo... únete a él): empezar por darle una tregua al cuerpo, para una vez recuperada empezar de nuevo a correr, pero sin cansarme mucho. No me conozco bien mi cuerpo en ciertas tesituras, no soy una experta en planes de entrenamiento, no manejo bien los tiempos óptimos de carga/recuperación y pueden pasar dos cosas: o bien he descansado demasiado y mi cuerpo no rendirá lo mismo en la carrera, o bien, el descanso hace que mi cuerpo absorva sin problemas (que no sin esfuerzo) todos esos kilómetros sin acusar la fatiga de entrenamientos duros en el periodo de entrenamiento más próximo a la competición.

Otra preocupación que tengo son las zapatillas, me han dado problemas en otras ocasiones, no termino de hacerme a ellas del todo. Ya veremos...

Durante estas semanas por mi cabeza han pasado un montón de cosas y entre ellas he llegado a pensar no ir a la carrera. A día de hoy por más que lo pienso no me salen los cálculos, los controles de tiempo están muy ajustados, me encantaría subir a ese primer piso de la Torre Eiffel, pero creo que lo voy a tener complicado... y con esta reflexión no creo que sea pesimista sino más bien realista. Aún así estoy animada y tengo ganas de correrla, y eso es lo importante.

Recorrido de la EcoTrail (En rojo los 80 km)

En cualquier caso me llevo como siempre la mochila repleta de ánimo, besos, abrazos de todo el mundo, gente magnífica que me acompañará durante todo el recorrido.

Nos veremos a la vuelta ;)


Rocambolesco pre-EcoTrail de Paris

0 comentarios


Todo aquello que es susceptible de empeorar, empeorará.
Esto estaría muy bien saberlo, siempre y cuando pudiéramos preveer cuan feas pueden ponerse las cosas. El problema es que a priori uno nunca lo sabe. Pero empecemos por el principio...

Después del subidón de la maratón, vino el bajón. No sólo porque debía descansar para recuperar, sino porque vino acompañado de un buen resfriado, así que cautela ante una posible bajada de defensas. No pude hacer nada de deporte en una semana y lo siguiente que hice fue calzarme las zapatillas para correr dos dias seguidos por el monte con desnivel pero nada técnicas. Las sensaciones fueron buenas, disfruté y me notaba fuerte. Me tiré haciendo poco o nada durante dos semanas, tan sólo los fines de semana he ido haciendo algo más. He de decir que algunas de las tiradas con bastante calidad, tiradas que me hacían ver que estaba bastante fuerte y con eso, contenta. Al margen de todo esto, he de decir que me encontraba en tensión por un asunto que tenía en la cabeza y cuya solución no dependia de mí, es más, la única solución era esperar... No es que yo sea una persona nerviosa, ni que me tome las cosas a la tremenda, pero tampoco soy de piedra y por algún lado tenía que salir la cosa... el sueño. Me tiré dos o tres semanas durmiendo poco y sin descansar demasiado. Cómo será la cosa que durmiendo pillé una mala postura que pasó de ser un pequeño dolorcito en el cuello a dolerme hasta el codo.

El jueves de la semana del Trail de Cabo de Gata me acerqué por el río para coger un rato la piragua. Hacía tiempo que no lo iba y me notaba más insegura de la cuenta, aún así tenía ganas de salir a palear por el río, relaja muchísimo. Mi compi Julia tiró adelante porque yo tenía que arreglar unas cosas antes. Cuando fui a coger la piragua no estaba la que suelo coger cuando salgo así que cogí otra cualquiera del mismo tipo, aunque vi que la parte de la barriga la tenía más en forma de huso, por lo que la estabilidad sería menor... en esos momentos no sabía cuanta razón tenía. Fue meterme en el agua y notar que me tambaleaba más de la cuenta, no era capaz de hacerme con el timón así que después de 10 minutos con tiras y aflojas decidí que era mejor volver al club. De repente me vi en el agua y la piragua dada la vuelta. La palabra es estupefacta, pensé... 'No es verdad que me he caido' jo-der. Pues si, estaba casi en el medio de la dársena del Guadalquivir en Sevilla, en pleno mes de febrero y con una piragua que pesaba como sus mulas. Cuando reaccioné una cosa tenía clara: tenía que arrimarme a la orilla opuesta a la del club ya que a la altura donde estaba yo, en esa orilla, lo que había eran juncos, así que no podría volver a montarme. Una vez que tuve claro como iba a proceder intenté darle la vuelta a la piragua... no pude. La fui arrastrando unos metros bocabajo pero la cosa no funcionaba demasiado bien, así que intenté darle la vuelta una vez más y esta vez si que lo conseguí. Claro que ya se había llenado bastante, así que me costó llegar a la orilla. Allí había tres chavales que me ayudaron a subirla y a vaciarla de agua, fueron muy amables, pero creo que lo fliparon un poco cuando me vieron salir del agua.

Como es de suponer estaba empapada y la única opción viable la de volver a montarme en la piragua y palear hasta el club. Podría caerme otra vez, pero si sucedía ya tenía el plan, así que dejé los pensamientos negativos a un lado y me concentré en palear sin tambalearme mucho. Al fin lo logré y en cuanto llegué al club me dí una ducha caliente.

Todo el mundo al que le cuento esto lo primero que dice es... 'En el rio??? que asco!!. Señal de que no tienen ni idea de que cuando te pasa algo así lo que menos te importa es la mierda que tiene el agua, te lo puedo asegurar. De hecho yo andaba pensando que seguro aquello iba a suponer resfriarme para la próxima carrera.

Esto fue el jueves y el domingo de esa misma semana me pegaba un buen cepazo nada más empezar la carrera. El lunes fui a trabajar con la cara de otra, me encontraba fatal y por la tarde tuve que meterme en cama con algo de fiebre y la barriga descompuesta (... pues mira tu que bien!!). Lo que sigue de semana ha tenido tintes agridulces, lo bueno ha sido muy bueno y lo malo, peor. Y saco aquí mi lado más femenino para quejarme de todas las heridas y magulladuras que tengo en el cuerpo, que parece que me ha pasado por encima un camión, lechesss!!

Si a todo esto le unimos que las veces que he salido a entrenar no he tenido buenas sensaciones, que físicamente dejo mucho que desear y que la lluvia no ha dado tregua en todo el fin de semana... es comprensible que ahora mismo me encuentre más tristona de la cuenta.

Poco puedo hacer de cara a la EcoTrail del 27 de marzo por aumentar volumen y conseguir la forma que tenía antes de la maratón. He determinado que ahora la única opción es intentar volver a coger hábito de correr dias alternos y no mucho rato, cuidar el descanso y la alimentación, que no ha sido adecuada esta semana por culpa de mi estómago, y esperar a que sea suficiente para 'calentar' de nuevo estas piernecitas.

Son sólo sensaciones, me digo, pero se que no es del todo cierto. A ver si puede ser que la espiral en la que me he metido tome sentido contrario y empice a ir hacía arriba.

Me meto en cama con la firme idea de que el día de mañana será mucho mejor y si no lo es, al menos mi ánimo será mejor. ;)

PD- ¿he dicho que estoy resfriada y que me tiene que bajar la regla? jajajaja

III Trail Cabo de Gata - Níjar

0 comentarios


Combinar el deporte con el turismo está genial y no deja de ser otro motivo más por el que ir a correr una carrera fuera. La zona de Almería es desconocida para mi y desde hace un par de años le tengo ganas, aunque siempre ocurre algo que por h o por b hace que no haya podido asistir a las cosas se han organizado por allí, ni travesías, ni carreras. Así que cuando salió la inscripción para el III Trail Cabo de Gata-Níjar, ni me lo pensé, miré que no había incompatibilidades en el calendario y me inscribí.

Cómo Almería nos queda un tanto lejos, 500 km aprox, cogimos sitio para dormir allí el día de antes, salimos con el coche sobre las 11 de la mañana., después de tanto madrugón en el puente tenía ganas de despertarme un pelín más tarde y en este caso no habia tanta prisa. Hay veces que las cosas se tuercen irremediablemente y no se puede hacer nada y del grupo de 7 que íbamos al principio nos quedamos en 5 y de esos 5 uno se puso muy malo durante el camino. Aún así, el resto, disfrutaríamos de la carrera. Llegamos por la tarde el sábado para recoger los dorsales y después a los bungalows, ciertamente no teníamos mucho tiempo. Estuvimos cenando en el mismo camping de 'Los Escullos' que está genial, aunque no nos dio mucho tiempo de disfrutarlo.

Vistas a pie de carretera dirección Rodalquilar


La carrera se iniciaba en pleno Parque Natural del Cabo de Gata, y terminaba en la playa de San José después de 29 kilómetros y 300 metros. A las 8:00 debíamos coger un autobús que nos llevaría a Rodalquilar, donde estaba la salida, a todos menos a JoseLuis que fue baja ese día en la carrera por no encontrarse bien. El único inconveniente es que esperando la salida que era a las 10:00 am pasamos mucho frío. Aunque íbamos abrigados, yo por ejemplo iba en pantalón corto porque sé que luego me cuesta mucho quitarme ropa, y la sensación términa era de pocos grados y claro... ponernos a calentar 1h30' antes de que dieran la salida es excesivo, al menos a mi me lo parece.

A eso de las 9:30 ya dejamos todo en el guardarropa y comenzamos a calentar. El perfil de la carrera mostraba dos principales subidas, una más marcada justo al inicio y otra menos acusada alrededor del kilómetro 14. Tenía mucha ilusión por participar ya que el perfil era poco exigente y podría correrla de forma desahogada, cosa que no pasa casi nunca.

A las 10:00 dan el pistoletazo, todos salimos corriendo para afrontar la subida que aparecía a pocos metros de la salida. Sube, sube sube, por un estrecho sendero con piedra suelta y a veces escalones, que nos hace ir a todos en fila de a uno. Encontrando su punto más alto a los 5 kilómetros donde va a desembocar a un camino más ancho y que comienza después de unos metros con una bajada técnica. A la subida me ha adelantado un montón de gente y en la bajada voy recuperando posiciones... que yo recuerde... esto no era así. En cualquier caso me alegra, quizás haya influido la carrerita que di con Dani el fin de semana anterior en la que tuve tan buenas sensaciones.



Las vistas que teníamos al mirar atrás


Por ahí se me ve en al subida inicial


Llegamos a primer avituallamiento más o menos en el kilómetro 6, tomo isotónico y agua. Aunque llevo la camel back, ésta es sólo para entrenar corriendo con peso. Ahora estamos en una pista ancha con piedra suelta. Voy adelantando a más gente, cuando de repente tropiezo y zás!! al suelo todo lo larga que soy.

Pantalón corto + camiseta de manga corta + caida = muchas heridas y ropa rota

Dos chavales se quedan a mi lado para ayudarme. Me levanto y veo que tengo heridas en las palmas de las manos, cuádricep izquierdo y rodilla derecha, todas ellas llenas de tierra y piedrecitas. Mierda, mierda, mierda!! Estos chicos, muy amablemente me ayudan a echarme agua en las heridas y creo que lo flipan un poco cuando empiezo a frotar sobre ellas para limpiarlas, una actitud quizás algo masculina, pero es que sé que como no quite la suciedad ahora en caliente luego dolerá más. Una vez hecho esto les digo que continúen ellos, no sin antes darles un millón de gracias por su amabilidad. No me encuentro mal para continuar pero primero prefiero andar un rato para comprobar que efectivamente todo está bien. Ellos siguen adelante y a mi me ha adelantado todo el mundo, la sensación es como estar en tierra de nadie... ¿Qué hago? Siento que quiero continuar, pero cabeza me dice que quizás sea una irresponsabilidad. Negocio conmigo misma '... Volver al avituallamiento sería quizás encontrarme con que ya han recogido todo y no hay nadie, y supondría aumentar el número de kilómetros hasta llegar al siguiente avituallamiento, y además... no llevo el móvil'. Continúo andando pero pensando que se hará eterno y que mejor llegar cuanto antes, comienzo a trotar. No sin antes volverme a echar agua de la camel, la sangre es muy escandalosa y tampoco es para tanto, como me encuentre a alguien le voy a pegar un susto de muerte... bueno, y que narices, si estamos de caranavales!!

Me noto con ánimo y no me duelen nada más (y nada menos) que lo típico de las raspaduras, así que sigo corriendo aunque aún desubicada. Empiezo a encontrar corredores, me quedo con uno en concreto y voy tirando a su ritmo, vamos charlando y voy bien. Cuando llego al segundo avituallamiento paro para coger aquarius y plátano, este último lo tiré porque más verde no podía estar y ya lo que me faltaba era una descomposición de estómago.

El camino cambia constantemente, piedras, pista, arena,... sigo adelante sabiendo que aún quedaba otra subidita y que además no recuerdo en qué kilómetro era, aunque tampoco soy consciente del kilómetro en el que estoy, así que tampoco es que me vaya a valer mucho la información.

Es en esta parte del camino cuando empiezo a coger a la gente que participaba en la prueba dentro de la categoría de senderistas, lo cual me sigue dando más fuerza. Además voy a un trote más que cochinero y sigo cogiendo a corredores, uno de los que me ha visto caer grita 'Mirala! te has recuperado!'. Realmente más que recuperarme me hes sobrepuesto a la situación, y aunque va desapareción cada vez más la situación tengo aún la duda de si debería continuar, no porque me encuentre mal en ese momento, aún con todo voy disfrutando de mi triunfo en esta batalla, más bien es porque no se de que manera puede afectarme después.

En algún momento del recorrido doy alcance a los chicos que me asistieron, ellos también han recuperado posiciones, aunque veo que están parados, uno de ellos anda sacudiendo las zapatillas, les pregunto si todo va bien y les vuelvo a dar las gracias. Así vamos jugando al elástico durante toda la carrera.

Llega el siguiente avituallamiento y me paro porque hay una herida en el antebrazo que no me he visto antes y claro, no me la he limpiado joder! El chico del avituallamiento, me dice que me va a desinfectar las heridas y bueno... que más da si pierdo algo más de tiempo? Mientras me prepara una silla, bebo agua tranquilamente y veo que pasan de nuevo los chicos que me atendieron, los saludo mientras veo que el chico empieza a buscar en el botiquín, pero que lo único que hay es alcohol, así que prefiero que no me eche ni alcohol ni betadine, me vuelvo a enjuagar las heridas con agua y sigo adelante, pero antes pregunto el punto kilométrico donde estamos: el 19,1 km. Cómo?? He perdido la noción distancia-tiempo, se perfectamente las horas que llevo pero creía que andaba por el kilómetro 15 más o menos. Sigo adelante y alcanzo ahora a 'mis asistentes' me preguntan que si voy bien y me piden que por favor no me vuelva a caer, al menos delante de ellos, jejeje. Les pregunto que si la subida que quedaba viene ahora y me dicen que ya la hemos pasado... ¿dónde he estado yo que no me he dado ni cuenta? ¿quién me ha quitado las cuestas de la carrera??? Y yo reservandome para la subida, si es que...

Ahora estoy en una zona de ramblas sigo pillando a corredores y senderistas que me dan su ánimo al verme pasar. Quedan pocos kilómetros y subo el ritmo, voy más rápida y muy contenta. Estoy llegando al camping de Los Escullos y hay un grupo de gente, uno de ellos se acerca hacia mí y me para. Se me escapa un 'Joselitoooo!!!'. Que alegría me da encontrarme una cara conocida con quien bajar la guardia,... Joselito, me he caido'. Voy tan absorta en mi misma que no caigo que vuelve a vestir la mejor de sus sonrisas, se ha recuperado, está que parece otro, me da mucha alegría. Me anima y sigo con mi camino ahora ya por el kilómetro 21,1.

El tiempo estuvo genial. Menos mal que no hizo mucho calor porque dado la zona por la que estábamos nos habríamos achicharrado, si es cierto que el viento estuvo dando todo el rato en todas las posiciones posibles.
Llego a meta muy contenta y aunque las piernas las tengo como si hubiera hecho una tirada normal, me duele todo el resto del cuerpo. 03:28:21, Lo mejor es que pasé de estar la última a superar 31 posiciones.

A la llegada, obviamente, están todos ya allí, muy contentos por los resultados de la carrera, JoseVal ha tardado 2 horas y media. No quiero dejarme atrás a Julia que está que se sale del pellejo. Ni a Chus a la que Manoli enredó y creo yo que se fue enganchada con el buen ambiente, además con el primer premio en su clasificación (cómo viene siendo habitual nos enteramos una vez que estábamos ya en Sevilla, jajjajaja). Aunque hizo un buen tiempo, Edu no terminó muy contento porque las piernas le habían ido dando calambres, un mal día lo tiene cualquiera. Y por último, el caracol!! al que por fin le ponía cara y que en hizo de liebre de Julia. Que digo yo... ya podrías haberme prestado el caparazón, jopelines!!

Dejo el track de la ruta y un enlace al álbum de picasa con fotos de otros corredores, ya que las de la organización tienen copyright :S

Subida al Almirez en el Puente de Febrero

2 comentarios


Hay veces que los astros se alinean para que, sin comerlo ni beberlo, nos encontremos pasando unos días de lujo con una estupenda compañía y este puente ha sido uno de ellos.

Vistas desde el refugio

Nos fuimos al Refugio de la dehesa de la Yedra, en Fiñana, con la idea de intentar el Almirez. Fuimos unos 12 y todo el refugio era para nosotros. Creo además, que ninguno de los que allí estábamos esperábamos encajar tan bien en tan poco tiempo. Muchas risas y muy buenos ratos desde el principio. Y también muuuucha cerveza y rica comida :D

Entrada al Refugio de la Yedra

El sábado por la tarde nos fuimos a correr, otros andando, pero ninguno dejó tiempo suficiente para hacer la digestión. Nos habíamos propuesto salir a correr un ratejo sin mayores pretensiones. Empezamos y a mi las cuestas arriba se me iban haciendo un mundo por culpa de la comida. Malas sensaciones que desaparecen a la media hora más o menos. A los 45 minutos de estar corriendo llegamos al cortijo y en vez de seguir decidimos volver por si se nos hace de noche. Esta parte del recorrido fue genial, de pronto Dani dijo, 'Venga! ponte delante de mi que vamos a correr en las cuestas'. Yo delante corriendo y él detrás corrigiendo mis movimientos y arreándome. Lo cierto es que en ese tipo de terreno, sendero con piedras grandes salteadas por el camino, me fue de maravilla. Iba a una velocidad que ni yo me lo creía, podía incluso seguir a JoseVal en la mayoría de los tramos jejeje buenísimas sensaciones que espero no olvidar. Gracias Carvajalín!!! se que tu también disfrutaste viendo correr a una piltrafilla como yo ;)



El Almirez y la Ruta que seguiríamos hasta su cumbre


El canuto

Cuando nos apuntamos a la actividad se suponía que habría dos grupos: unos que iban a hacer el canuto y otros que no. Para Dani, Mari Carmen y para mí era nuestra primera experiencia, aunque a la hora de la verdad Dani se desenvuelve como pez en el agua y Mari Carmen termina por sobreponerse a la situación, a mi me cuesta mucho más, pero claro... siempre hubo clases, y sobre todo, genéticas.

Ilusas de nosotras, en un principio, pensamos que no nos llevarían a hacer el canuto. De hecho cuando me apunté a la actividad, mi idea era pasar un finde con buena gente y entrenando para los 101. Pero la realidad fue que cuando Julio preparaba la actividad el miércoles de esa misma semana, ya nos veía a Mari Carmen y a mí allí arriba. De eso me enteré el viernes y lejos de poner ningún impedimento, acaté las 'órdenes' de los organizadores (Julio y Manoli), si ellos dicen que 'adelante', para mi es suficiente y me da la confianza necesaria para meterme en tal fregao.

De nuevo nos levantamos temprano, muy temprano!! Aunque llevo un par de semanas que no me reconozco, me despierto siempre antes de que toque el despertador y además con la sensación de no estar descansando. :s Mientras esperábamos a David y Eva, estamos fuera y el cielo está muy despejado, aunque escucho decir a Manoli... '...Por ahí hay unas nubecillas que no me gustan ni un pelo'.


Una vez todos listos, foto de familia y a emprender el camino...

Ya a los pies del acceso al cortafuegos que deberíamos subir para llegar al punto de subida por el canuto.

Coco tampoco quiere perderse la foto

Después de ver fotos en Internet de cómo había estado la zona durante las últimas semanas, nosotros apenas encontramos nieve en la parte más baja, así que subir por el cortafuegos, aunque es un coñazo no se hace demasiado dura.

El cortafuegos visto desdea arriba

Ahora, a la giramos a la izquierda para seguir por el bosque hasta el pie del canuto. En breve tendríamos que ponernos los crampones y los cascos.

Cortafuegos visto desde arriba

Pues ya estamos casi a los pies del canuto y pronto empezará la subida. Las novatas tenemos algunos nerviecillos, a ver que tal se da.

A los pies del canuto
Comenzamos la subida y la nieve, según comentan los que más saben, está estupenda. Los pies no se hunden demasiado y salvo algunos sitios en los que hay hielo, el terreno no es demasiado técnico. Yo voy en el grupo de cabeza con Julio, que me va guiando y me va enseñando la técnica, aunque en ciertas ocasiones me cuesta. También me acompañan las palabras de ánimo de Manoli y Juan.

El grupo de cola subiendo por el canuto


Julio indicándome la postura cuando la pendiente tiene mucha inclinación
El canuto está hoy en su punto y hay huella abierta durante todo el camino. Aunque Julio me dice que no siga la huella, que es más difícil, institivamente mis pasos siempre se van siguiendo el camino marcado. Los crampones no están demasiado afilados y el antiboot estaba roto por lo que no voy demasiado cómoda, incluso llega un momento en que Julio me los arranca para que no vayan colgando.


Preciosa foto de la última zona del canuto
Ya estamos en la última pala cuando vemos que las nubes, que esta mañana comentaba Manoli harán su aparición en breve, así que esperamos para unir a todo el grupo.

¿Dónde dices que está la cima?
Empieza a hacer mucho frío, corre aire con nieve y menos mal que Julio lleva el GPS, de otra hubiéramos tenido que volvernos sin llegar a la cumbre. En la última parte cuando pisábamos nos hundíamos hasta la rodilla. El peor trabajo lo lleva el que va primero, ya que va abriendo huella y meter las piernas hasta la rodilla en nieve y tener que sacarlas para dar el siguiente paso quema bastante.

Foto en la cima y rápidamente para abajo que hace un frío que pela
En un principio volveríamos por la loma del otro lado, pero Julio que es el que está dirigiendo la actividad ve más conveniente volver a bajar por el canuto. Debido al tiempo el bocadillo tendrá que esperar...

La cima del Almirez.... ahora que ya despejada.

Justo cuando estamos bajando vemos venir una ventada dentro de tantas nubes, nos damos la vuelta y... e voilá, vemos la cumbre perfectamente. Fue un momento mágico, aunque una putada que pudiéramos ver las vistas.
La expresión de mis ojos deja ver mi sonrisa, aunque ahora tocaba la bajada.

Misión casi cumplida ;)

Una salida estupenda, aunque en un primer momento no diera ni un duro por mi misma. Lo que más agradezco es el interés que ponen todos en enseñarnos las cosas, su infinita paciencia y poner ese puntito de confianza apostando porque los más novatos vayamos superando nuevos retos, y sobre todo por hacernos sentir tan cómodos. Eso si, siento que Julio y Manoli tuvieran que marcharse a última hora por sus circunstancias personales. Gracias!! y mi enhorabuena a los dos.