EcoTrail de Paris 80 km. II Parte




Había arañado algo más de 20 minutos al reloj y en el avituallamiento había estado casi 10. Iba realmente justa, pero pasaba de ir agobiada. El día anterior cuando dimos una vuelta por los stands en la carpa donde recogimos los dorsales, uno de la organización con el que hablamos me dijo que el secreto aquí estaba en ir reservando, que la mayoría de gente que abandonaba era porque salían demasiado rápido, así que fui dosificando los esfuerzos y las energías.

Seguí adelante junto a Natalie y a las 3 horas, como corresponde, me tomé el segundo bote de fost print sport, que no es otra cosa que un aporte natural de los nutrientes que va perdiendo el cuerpo. El primero me lo tomé en la salida. Un poco más adelante empecé a oir truenos... 'No es verdad' pensé, 'No es verdad que va a llover' O_o

Ya íbamos en pleno bosque y a veces cruzábamos zonas de carretera pero sólo para acceder a otra zona de bosque. Es difícil acordarse qué pasó en cada kilómetro de la carrera, de hecho tengo los paisajes también algo difusos. Recuerdo subidas, bajadas, hojas en el suelo, árboles muy altos y gente alrededor. No iba mal, en la mochila más peso, aunque ciertamente eso era lo de menos, el caso es que no terminaba de ir cómoda. Las cuestas eran bastante pronunciadas en esa parte y cuando las veía me echaba a reir porque todo el mundo resoplaba jajajaja era gracioso. Al menos se veían de principio a fin y uno podía dosificar el esfuerzo.

Iba bebiendo regularmente, los anteriores días con eso de estar tirados en la calle viendo cosas no me había hidratado como debía y tenía miedo de que pasara factura. No recuerdo muy bien el momento, creo que fue por el kilómetro 30 cuando empecé a notar raro el estómago... se ve que las cuestas no las estaba llevando del todo bien, además que hacía como bochorno a ratos, sólo esperaba que se quedara en esa sensación, ya que si lo que ocurría es que estaba pecando de beber mucho, al final lo echaría por algún lado. Me costaba recuperarme después de las cuestas arriba y tenía que andar. Natalie iba a mi mismo ritmo, andando un poco después de subir las cuestas, pero era ella siempre la que decía 'Let's run'.
La cabeza me estaba jugando una mala pasada... y si corría demasiado y me quedaba sin fuerzas? y si estaba así ahora... cómo iba a estar cuando vinieran los kilómetros en los que llevas ya nosecuantas horas corriendo?

Algo interrumpió mis tribulaciones. Por el kilómetro 35 no aguantó más y se puso a llover... aquí si que me dio la risa floja. Sólo esperaba que no lloviera demasiado y que la mochila aguantara el tirón y no se mojara lo que había dentro, pero claro, eran muchas cosas las que esperaba, a ver que ocurría al final. Lo único que llevaba en bolsa estanca era el móvil, el DNI y el dinero, el resto de cosas (como no iba a llover) las llevaba tal cual, y las bolsas estancas en el apartamento. De poco valían más lamentaciones así que a otra cosa mariposa!!

Como poseida por la rabía que me estaba dando la situación en general me concentré en correr, no para llegar a ningún sitio en especial, sino para salir del alcance de la nube que tenía encima. Así que, lejos de incomodarme la lluvia me vino genial. Empecé a tirar, y a no dejar correr. Ya no andaba, sólo corría. Adelanté a unos cuantos y con otros iba haciendo el elástico. A estas alturas de la película ya estaba oficialmente empapada.  No iba pendiente de Natalie y en algún momento la perdí, seguro que no estaba muy lejos. Lo peor es que había perdido cualquier referencia kilométrica, ya que allí nadie parecía saber en qué kilómetro estábamos y el que lo sabía no hablaba inglés ni español.

De pronto empezamos a ver edificios, era el observatorio de Meudon que yo conocía por fotos que había visto en internet de otras ediciones. Había dejado de llover hacía ya un rato y tenía pinta de que la cosa aguantaría así. No llevaba frío y no notaba la humedad por lo que me cambiaría si era necesario en el 2º avituallamiento. Serían más o menos las 19h y la luz amenazaba con irse pronto. Por primera vez la vi, allí estaba a lo lejos, la Torre Eiffel y yo me sentía genial a esas alturas de la carrera ;) Sabía que al 2º control no le quedaba mucho tiempo por aparecer y yo suponía que a unos 2 o 3 kilómetros.


Cual no fue mi sorpresa cuando a lo lejos vi una carpa, que alegría en un principio y que desconcierto cuando vi que era pequeña, que no parecía que hubiera avituallamientos y que además me resultaba demasiado pronto para que fuera el kilómetro 56. Y lo ví... un cartelón como la copa de un pino de grande donde ponía 46 km. Pues si que me había colado yo en mis cálculos, a pesar de todo lo que había corrido ¿cuánto tiempo habría perdido cuando no me encontré del todo bien?... uff. Se trataba del control de frontales, todo aquel que no llevara la banda reflectante y el frontal no pasaría. Me compuse y además me cambié de ropa ante los ojos sorprendidos de la que allí estaba... joder, si me hubiera quedado en pelotas aún puedo entenderlo, que tampoco, pero sólo fue la camiseta... Nada, yo a lo mío, realmente estaba disfrutando tanto y me sentía tan agusto que prefería no pensar en tiempos ni en controles. Le pregunté a uno cuantos kilómetros quedaban para el siguiente avituallamiento y me dijo que casi cinco. Ahora si que no me cuadraba nada... ¿El avituallamiento 2 no estaba en el kilómetro 56? en algún momento debieron cambiar de planes y lo pusieron en el 50. De cualquier forma sólo me quedaban 5 kilómetros hasta el siguiente punto de control y no, 10 como había pensado en un primer momento cuando vi el cartel, lo cual era un alivio. Que bien iba ahora con ropa seca. El frontal me lo puse por encima de la gorra, se sujetaba perfectamente y era más cómodo que directamente en la cabeza. En breves instantes se fue completamente la luz. Esta zona en la que entrábamos era de nuevo bosque de altos árboles. Empezaron a aparecer los primeros signos de barro en el camino, aquí me vino muy bien haber participado en Citadelles. Comparado con esa carrera esto ni era barro ni era nada. ;) Eso si, había un montón de sapos blancos por el camino... pobres, yo intentaba no pisarlos pero con algunos la cosa ya no tenía solución.

El camino estaba balizado con cintas reflectantes que colgaban de árboles porque todo estaba a oscuras, sólo se sentía oscuridad y amplitud. Y de vez en cuando una serpentina de luces a lo lejos que se iban acercando. Había gente que ya sólo andaba y yo, ante todo pronóstico seguía corriendo. De noche una de las cosas que más me sorprendió es que se pierde la perspectiva, me costaba saber sobre todo si iba cuesta arriba, así que seguía corriendo, y sólo cuando estaba en mitad de la cuesta me daba cuenta y me ponía a andar. No podía malgastar fuerzas, a partir de ahí comenzaba la carrera y a partir del kilómetro 56 todo iba a ser nuevo para mi. De pronto empecé a escuchar música y jaleo, segundo avituallamiento a la vista!!!! y lo mejor, por los pelos pero había entrado. Ahora en el cartel aparecía '53 km', no entendía nada, pero, bienvenidos eran esos 3 kilómetros más :D



En esta segunda parte me había 'comido' los minutos que llevaba de colchón, las 5 horas que daban para ese tramo y parte del cuarto de hora extra que se podía estar en el avituallamiento. Eran las 20:35 cuando entré, había tardado 05:31:51 con unas pulsaciones de 152ppm de media y 178ppm de máxima. Iba en la Posición 1643.

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