Ruta por Güejar-Sierra




El sábado por la noche me dolían los brazos horrores y la cabeza también, supongo que ésto último de la tensión acumulada después de la desventura. Habíamos decido que el domingo no haríamos el bautismo el buceo, yo no tenía los brazos como para calzarme de nuevo un neopreno y la cabeza estaba mucho peor, así que volvimos a casa de David y el domingo lo pasaríamos en Güejar-Sierra. Cenamos algo en la casa y aproveché para tomarme un antinflamatorio. Volvimos a extender los colchones en los que habíamos dormido tan bien el día anterior y que estábamos deseando pillar, si cabe, con más ganas esa noche.

Cómo se suele decir, segundas partes nunca fueron buenas y en este caso el estado de mi cuerpo me hizo que me despertara cada vez que hacía algún movimiento con los brazos. Aún así, se puede decir que dormí bien, el fresquito y el cansancio fueron una buena combinación. Nos despertamos por la mañana, desayunamos tranquilamente y nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo, para continuar por una vía verde que pasba el pantano hasta la central hidroeléctrica y que continuaba acompañando al río. Me di un baño en una poza no demasiado honda que nos enseñó David y así refresqué también los brazos. Proseguimos el camino de la vía verde siguiendo el río, pasando por algún que otro túnel y que al final, fíjate tu, hizo que diéramos con nuestros huesos en un bar donde las cervezas y el solomillo de ternera al punto me supieron a gloria.

Algunas fotillos...



Y por aquí el album...



2 comentarios:

Unknown dijo...

No era casualidad. El destino os deparaba una grata sorpresa, un bar para beber y comer, mmm.

Loleta dijo...

Si... y mira que ni sabíamos que estaba allí y ni advertimos su presencia en los avisos del camino, ni ná. Vamos que fue sorpresa, sorpresa :P