Si tus amigos se tiran por un barranco...



... tu vas detrás???

Me toca enfrentarme a esta accidentada entrada en la que contar lo que ocurrió el pasado sábado 24 de julio.

Pues si... Barrancos. Por fin, iba a probar eso de lo que tanto había escuchado comentar a la gente y que nunca había tenido oportunidad de hacer.

Sin saber nada acerca del tema, las dos palabras que se me venían a la mente eran difícil y técnico, es decir que no iba a casar mucho con mi mieditis aguditis y la pericia de una cabra con las patas 'atás' que dios me ha dao, para cuando el terreno se pone feo y se requiere algo más de destreza por mi parte. Aún así conocía a un montón de gente que me había contado que había hecho barrancos, y tampoco es que tuvieran una preparación especial, así que de nuevo, y a pesar de mis reticencias iniciales, me decidí a probar.

Lo primero era hacerse con el material adecuado, ya que son actividades deportivas que por su naturaleza requieren de equipo más específico. La vestimenta mínima necesaria era un neopreno, unas zapatillas viejas pero que tuvieran huella, casco y arnés. En mi caso el casco y el arnés lo alquilé en el club, el neopreno fue uno de manga corta que me prestó Eli y las zapatillas fueron mis salomon que están ya gastadas. Añadí a todo esto unos guantes de neopreno que compré por poco y que, Mari Carmen novatilla pero asidua a la actividad anual de barrancos que organiza el club, me habían aconsejado llevar para proteger las manos no sólo del frío, sino también de las posibles rozaduras con la cuerda al rapelar.

Los barrancos escogidos por los organizadores de la actividad fueron Jabalí y Tajo-Cortés, este último a continuación del primero. Se encuentran en Granada
y se puede encontrar bastante información acerca de los mismos en Internet, como por ejemplo aquí.

El punto de encuentro para los barrancos estaba a unas 4 horas de Sevilla, por lo que decidimos hacer el viaje en dos partes y parar una noche en Güejar-Sierra, en casa de David y el sábado salir sobre las 6:30 para encontrarnos con el resto del equipo. Así lo hicimos y, la verdad sea dicha, dormí tan agusto esa noche al fresquito de la noche alpujarreña que me hubiera dado la vuelta y seguido durmiendo cuando tocó el despertador a las 6 de la mañana ;)...

... Parecía mentira pero ya estábamos todos reunidos en el punto de encuentro, justo en la unión de ambos de barrancos donde terminaba el barranco Jabalí y empezaba el Tajo-Cortés. Lo primero que le llamó la atención a Mari Carmen (yo ni siquiera reparé en ellos) fue que en el último rapel del Tajo-Cortés el agua caía con mucha fuerza. Decidimos emprender la subida hasta el inicio del barranco, todos iban a ponerse el neopreno una vez arriba, pero Mari Carmen se lo puso abajo hasta la cintura y yo decidí seguirla en sus costumbres. Pasé calor en la subida pero me hubiera costado la misma vida ponérmelo arriba una vez que ya había sudado. Debajo llevaba la parte de abajo del bikini y una camiseta para tener algo que se pegara al cuerpo.

Allí estábamos 13 personas en total y entre el monitor y una ayudante. A mi corto entender, éramos demasiadas personas, más aún cuando en el grupo, 6 de nosotros entre los que me incluyo, nunca habíamos hecho barrancos y del resto tan sólo 4 o 5 personas tenían algo más de experiencia, pero bueno... yo de esto no entiendo.

Nos ponemos en posición y los nuevos en el tema en primera fila para recibir unas nociones básicas, lo primero y antes de hacer nada hay sujetar el mosquetón del arnés a la reunión para asegurarnos, de forma que podamos manipular el resto del material sin el peligro de caernos. Una vez asegurados nos disponemos a anudar la cuerda en el 8 de metal que hay en el arnés y que será lo que nos permita deslizarnos para empezar a bajar. Nos dicen que hemos de marcarnos a fuego que nunca se ha de soltar la cuerda con ambas manos, es decir, siempre ha de haber una mano sujetando la cuerda por el tramo que está entre el arnés y el cabo suelto que queda colgando al empezar a rapelar. La técnica es ponerse de cara a la pared que se desea bajar, apoyar ambos pies en un sitio cómodo al inicio de la pared y empezar a soltar cuerda hasta que las caderas estén más o menos a la altura de nuestros pies. Si los pies van por encima corremos el riesgo de darnos la vuelta y si van por debajo, podemos escurrirnos con más facilidad, así que más o menos nuestro cuerpo debe tender a formar un ángulo de 90º.

Pues nada, adelante, al primer rapel se ha dicho. El primero de nosotros que baja es JoseVal, va poniendo unas caras de dificultad terribles... puff, me toca. La pared es más o menos lisa, así que empiezo a deslizarme más o menos bien aunque lenta, no parece difícil. Vamos bajando todos y seguimos adelante, nos encontramos con el segundo rapel que se puede ver en la foto.


En la grieta por donde debemos bajar hay ramas atravesándola así que el monitor nos dice que será más fácil bajar por la piedra hasta una repisa y desde ahí, una vez sorteada la rama, irnos metiendo en la grieta que es la forma más cómoda por dónde bajar. El protocolo a seguir es que siempre el primero y el último en bajar siempre es el monitor, a mi me toca justo después, parece que me han visto con soltura. Pues nada, ni corta ni perezosa empiezo a deslizarme por la piedra siguiendo las indicaciones del monitor que se había quedado arriba, se supone que debía tumbarme de lado para bajar hasta la grieta, en la foto por donde está la cuerda roja dibujada. Que ocurre, que me fui a poner justo donde está dibujada la cuerda amarilla, por lo que una vez ya tumbada en la roca y empezando a deslizarme me doy cuenta de que si me deslizo un poco más la cuerda se irá en dirección a la flecha azul de la foto y dejará de estar tensa. Así se lo digo a los que estaban ayudándome a bajar pero se ve que desde la perspectiva de ellos la visión era totalmente distinta y me dicen que no me preocupe, que confíe, pues nada... confío y allá voy. Desgraciadamente ocurre tal y como yo había supuesto la cuerda se mueve hacia la grieta y deja de estar tensa por lo que caigo a plomo, doy con la cabeza y los codos sobre la roca, no se me olvidará la imagen de la cuerda totalmente holgada. Menos mal que no solté la cuerda en ningún momento, sino hubiera sido peor. Cuando terminé de dar con mis huesos en el suelo, sentía un dolor enorme en los codos y la cabeza, además de un tembleque generalizado por todo el cuerpo. Todos se han llevado un buen susto al verme caer desde arriba y claro está, ha decidido bajar por la grieta para no correr mi misma suerte en un descuido... Yo evalúo daños y a parte del dolor parece que puedo mover todo perfectamente.

La putada es que estábamos al inicio del barranco, así que quedaba mucho camino por delante antes de poder salir a patita y llegar a donde estaba el coche, así que intenté darle la menor importancia y reponerme lo antes posible del susto, aunque para esto último ya no había remedio. Lo bueno es que el miedo y el mal rato no me paralizaron, seguí adelante aún con dolores cada vez que debía apoyar codos y seguí deslizándome por los rápeles hasta finalizar el barranco del Jabalí. Una vez allí 3 de nosotros nos despedimos y ellos continuaron con la aventura por el Tajo-Cortés. Aventura que tuvo más de un tropiezo y que podía haber terminado bastante mal, al final todo quedó en sustos pero a uno de los integrantes se le salió el hombro al hacer un mal movimiento queriendo zafarse del agua que caía con demasiada fuerza, aquí el vídeo de la tirolina que tuvieron que montar para el rescate.



Lo dicho... menos mal que todo fueron sustos. Actualmente no puedo dejar de pensar que menos mal que mi espalda o cuello no encontraron ningún obstáculo en el camino, porque de haber parado el golpe con la espalda o el cuello, no quiero ni pensar donde habría acabado y lo que es peor aún cómo habría acabado.

Si algo he sacado en claro es que no hay que tirarse nunca, nunca, si uno no está seguro del todo, y que espere quien tenga que esperar. Ahora, sigo cabreada por como se desarrollaron las cosas y está claro que no volvería a confiar en esta gente para ir a ningún barranco.

Siempre te preguntan que si irías detrás si alguien se tira por un barranco, pero... nadie habla de cuando eres tu la que se 'tira'!! :P.


2 comentarios:

Unknown dijo...

Sobre todo, disfruta de la experiencia, que es muy agradable y divertida.

Loleta dijo...

Bueno, ciertamente en mi caso alegría y diversión no fueron exactamente las palabras que definen esta experiencia... aunque no dudo que para la mayoría de la gente lo es.