Por fin comienza el curso de piragüa





Desde que llegué a Sevilla y vi desde el puente de triana gente remando en el río quedé fascinada, pero hasta este verano no me planteé en serio hacer algo al respecto. Por una compañera supe de un club que tenía muy buena pinta, no por sus grandes instalaciones sino más bien por lo familiar del mismo, Club Sevillano de Piragüismo . Así que fui a preguntar y me encantó, así que me apunté al primer curso que tenían disponible los días del 19 al 22 de julio, aunque la semana pasada me llamaron para ver si quería adelantarlo o atrasarlo, ya que el monitor no podía darlo justamente la del 19. No quería dejarlo para más tarde porque me hacía mucha ilusión así que me apunté al curso del 12-15 de julio.

Cierto es que cuando una después de llegar del trabajo a las cuatro de la tarde, muerta de calor en pleno julio sevillano, comer rápido y siestecita de media hora, lo que menos apetece es preparar de nuevo mochila para coger la bici y tirar camino al río a eso de las 18:00, con la fresquita. Menos mal que ilusión no me falta y que además intuía que el curso me iba a gustar mucho.

Cual no fue mi sorpresa cuando al llegar al club me encontré con gente del Club Atlas. Que pequeño es el mundo, y Sevilla un pueblo!!. Coincidí nada más y nada menos con tres personas con las que había coincidido en la Travesía de Matalascañas-Sanlúcar. Uno de ellos fue justamente Pepe, con el que compartí barco para cruzar hasta Sanlúcar.

Empezamos a hablar unos con otros y más o menos vamos localizando a casi toda la gente que venía al curso. Un poco más allá de las 18:30 la primera clase empezaba. Llega el monitor que se presenta como Capitán May. Que decir de él... menudo elemento!! :D. Desde el primer momento percibes que enseña piragua porque es su pasión, y lo mejor es que lo sabe transmitir dando una confianza que te hace perder el miedo desde el primer momento.

Se ha formado un grupo demasiado numeroso, 16 personas, por lo que el tiempo para hacer cualquier cosa se multiplica, aunque la gente es muy competente y se hace muy ameno.

El curso consta de 10 horas repartidas en 4 días. El primer día pasamos bastante rato fuera del agua con presentaciones y explicaciones sobre el material que utilizaremos y cómo usarlo. Por fin vamos al agua, a mi me toca una piragua de las amarillas que son de iniciación, bastante estables pero muy pesadas y difíciles de manejar porque van todo el rato torciendose. No me importa porque la sensación es genial y yo pensaba que iba a ser más difícil empezar a hacer algo. Después de palear un rato nos ponemos la mitad en una orilla del río y el resto en la otra orilla. Nos asignamos números y a una voz de May, que está en el centro del río, hemos de ir a coger la gorra. En mi turno consigo coger la gorra y aunque me veo un poco acorralada por mi contrincante logro hacerle un quiebro y huir, jejeje es genial.

Nos vamos después a dar una vuelta y terminamos la clase a eso de las 21:00 pegados al bar flotante que hay a la vera del pantalán del club. El camarero nos hace llegar un botellín a cada uno que nos bebemos con sumo gusto montados en la piragua. Dios los cría y ellos... beben cerveza!!! jejeje que momentazo.

El segundo día nos dedicamos a recorrer el río intentando mantener la piragua recta, jugamos a echarnos pelotas de tenis, esquivarlas, paleamos debajo de unos pantalanes haciendo slalom. Es raro pero... no me he caido ni una sola vez y hay compañeros que lo hacen por sistema. Me estoy haciendo con todo de manera muy sencilla y además estoy disfrutando como una cria chica con unos y con otros. Cuantas risas.

Ni que decir tiene que llego a casa por las noches reventada y con ganas nada más que de coger la cama, no pensé que esto iba a ser tan cansado pero aún así merece la pena.

El tercer día cogemos la piragua de aguas bravas, no porque el guadalquivir lo sea, sino para aprender algo de técnica. A todo esto May es impresionante en el agua, se mueve como un animal marino. La diferencia con este tipo de piragüas es que son más recortadas, vas muy encajada y te permiten maniobrar sencillamente con un giro de cintura, pero por esa misma razón, como te descuides paleando puedes verte haciendo de manecilla de reloj :P.

Al final de la clase unos cuantos llegamos los primeros y nos dice que tenemos que tirarnos con la piragüa desde el borde del río, que estará a unos 2 o 3 metros del agua. Hasta el día de hoy nos hemos montado desde el pantalán, y mira que nos 'amenazó' el primer día con que lo haríamos desde arriba, pero pensé que estaba de coña. Pues nada el corazón a mil pero subo como una buena chica para intentar hacerlo, no me voy a ir a mi casa arrepentida por no haberlo intentado, además confio en May, si él dice que adelante... adelante!!.

Me veo montada en la piragüa y en el borde del río. Es May el que nos empujará lo único que nos pide es que pongamos la pala arriba mientras nos tira y que hay que bajarla cuando se toca el agua para mantener el equilibrio. 1, 2, 3.... wooow!! buenisimo!!! son peores los segundos que estás esperando a que empujen la embarcación que luego el caer con ella... quiero más!!!

El último día del curso llega y aunque estoy reventada de ir de un lado a otro con la bici y haciendo y deshaciendo mochila con toda la ropa por casa al retortero, no quiero que acabe. La última clase la hemos pasado jugando a kajak-polo, que difícil es palear, llevar la pelota, lanzarla, intentar encestar... en el agua y más si eres un paquetillo con los deportes de pelota como yo, aún así echamos un rato estupendo que nos sirve para lanzarnos con la piragüa al contrario sin importar si perdemos el equilibrio. Hoy he visto pasar un par de veces a uno de los compis por encima de la proa de mi piragüa. :P

Todo lo bueno se acaba, y esto no iba a ser una excepción. Para celebrar lo bien que lo hemos pasado nos vamos a echarnos una cerveza al bar flotante todos los del curso. Allí, por petición de May, intercambiamos impresiones sobre el curso y si en algo estamos de acuerdo no es sólo en lo cargados que están los brazos o lo que molestan las manos, sino más bien en lo que hemos disfrutado y que chapeau por May.



Algunos incluso salimos de allí el jueves noche con el firme compromiso de vernos el fin de semana para comenzar un curso de técnica en aguas bravas, entre ellos yo. Continuará...


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