Martes 16 de septiembre: ¿correr?, ¿nadar?


Hoy no me he sentido cansada después del esfuerzo de ayer, así que he tenido la feliz idea de ir corriendo a la piscina, nadar un poco y volver a casa corriendo. La cosa se ha quedado solo en idea ya que una vez hechos los estiramientos oportunos me he puesto en marcha y he tirado para la calle con la mochila ajustable sobre mis hombres. He empezado a correr y de forma inmediata he notado que las piernas se quejaban, no el típico dolor de cuando tienes cargado el músculo o cuando te has hecho daño, sino más bien un cosquilleo que se convertía en dolor desde la mitad del gemelo hasta el tobillo.
Como no conozco este tipo de sensaciones me he dicho tira hacia delante que a lo mejor lo que necesitan esos músculos es calentar, pero no ha sido así. Si es cierto que cuando corría notaba algo de consuelo pero cuando paraba porque había algún semáforo en rojo incluso me temblaban las piernas, así que a los 2,1 kms (12') más o menos he dejado de correr para seguir el resto del camino (400mts) hasta el gimnasio andando.
No notaba consuelo ninguno al caminar incluso iba a peor, si hubiese estado más cerca de casa me hubiera vuelto pero como no era el caso he decidido seguir adelante con el plan. Una vez en el gimnasio me ha costado la misma vida quitarme la ropa para poder entrar en la piscina (menos mal que el bañador lo llevaba ya puesto), me he duchado con agua caliente antes de entrar pero esto tampoco ha calmado mi dolor, así que una vez en la piscina me he puesto en la calle lenta y he empezado a nadar. Quizá haya sido el frío el tener que soportar menos peso, pero el caso es que ha sido aquí cuando las piernas han empezado a ir mejor.
He comenzado a nadar y creo que no ha llegado ni a 500 metros, no iba cómoda y no sabía como iba a estar cuando saliera del agua, así que he pensado que sería buena idea pasarme por la parte donde está la piscina pequeña en la que hay unos grifos que tiran el agua a toda presión. Me he dado desde el tobillo hasta los gemelo y todo ha ido a mejor aunque no veas si me dolía cada vez que pasaba el chorro.
Todo se ha quedado en un susto pero ya he aprendido que mis piernas aún no están preparadas para tirar dos días seguidos a 'esos ritmos'.

0 comentarios: