Lunes 22 septiembre: correr y nadar


Después de la negra experiencia de la semana pasada me propongo hacer de nuevo la misma operación, temiendo esta vez que se repitan las sensaciones. Comienzo a correr y el tiempo sin contar semáforos es de 14' 49" para realizar una distancia de 2,5 kms, es decir a 5' 56" el kilómetro, lo cual está muy bien teniendo en cuenta que no he forzado en absoluto porque notaba que las piernas iban cargadas, me molestaban un pelín aunque nada que ver con lo experimentado el pasado martes. Llego al gimnasio y ya llevaba el bañador puesto así que me voy a una de las calles y me pongo a nadar suavemente, en total 1.000 metros. Los primeros 500 en 11" y los siguientes en 12", con un descanso entre ambos de un par de minutos, más lenta pero es normal teniendo en cuenta todas las semanas que llevo sin nadar. El caso es que empiezo y conforme van pasando los metros las piernas dejan de molestarme y aunque no estoy en mi salsa porque me cuesta más de lo habitual las piernas como por arte de magia se descargan a los pocos metros, lo que me hace cambiar de opinión y hacer 1.000 metros en vez de 500 como había previsto. Otra cosa que se me viene a la cabeza es que quizá por eso la semana pasado tuve el problema, mis piernas siempre están acostumbradas a compartir la natación con esto de correr y a lo mejor el dejar de nadar hace que sufran más. La vuelta bastante bien, me visto y me compro un aquarius por si acaso. Está lloviendo a cantaros pero voy andando muy rápido y a los 500 metros cuando termino de beber empiezo de nuevo a correr, 2 kms hasta casa en 12'42". Más lenta que a la ida pero las piernas no se quejan demasiado. Ahora a esperar y ver como se desarrolla la cosa, eso sí, esta semana procuraré no ponerme tacones para que las piernas descansen todo lo que puedan.

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