Leona de las nieves




Llevábamos tiempo diciendo de subir a hacer noche en el Mulhacén, más o menos desde junio pero la fecha no terminó de cuajar hasta el pasado fin de semana del 4 y 5 de septiembre. Yo tenía muchas ganas y por fin iba a conocer en primera persona todos los pasos, refugios y otros lugares que tanto había escuchado mentar a la gente del club.

Al final nos juntamos para subir 8 y 2 novatas en esto de hacer cumbres, Mari Carmen y yo. El sábado por la mañana nos levantamos temprano, paramos el viernes por la noche en casa de Eva y David, y toca revisión de mochilas y adecuación todas las cosas que teníamos que llevar dentro de las mismas. Todo aquel que me conozca sabe que odio hacer maletas, y lo de enjaretar mochilas no es una excepción. El problema es que me llevo lo mismo para un fin de semana que para una semana entera... :S. Al lío, al final hice mala elección, tenía que haber cogido la mochila grande en vez de la de 30 litros que me llevé. Resultado, he de sujetar el saco fuera de la mochila, y cuando ésta no tiene un sitio adecuado pues cabe la posibilidad de que se mueva o que haya que estar recolocando las cosas cada cierto tiempo.

Ya compuestos salimos para desayunar allí mismo en Güejar Sierra, por cierto las mejores tostada que recuerdo en mucho tiempo, y a eso de las 9 más o menos, nos vemos con Joseval y JoseLuis en La Hoya de la Mora (diossss, tanto tiempo escuchando hablar de la Hoya de la Mora y ahora estaba allí!! jejeje). Ellos se han levantado pronto y han salido desde Sevilla.

Comenzamos a andar en los 2.500 metros y ya noto una sensación familiar, son los efectos de la altura, una se nota más fatigada de la cuenta y es como si te oprimieran el pecho. Pero en poco nos vamos haciendo. Visita a la Virgen de las Nieves que está muy cerquita y parriba!


Llegamos después de andar unos 5 o 6 km llegamos al refugio de La Carihuela, por el camino vamos viendo todo el rato restos de nieve que no se han ido durante el verano. Y de pronto... el Paso de los Machos, y digo de pronto porque no esperaba tener que pasar por un sitio tan técnico y mucho menos que lo técnico consistiera en tener que pasar una repisa agarrada únicamente de una cadena. Decidieron los expertos y allí poco tenía yo que decir, confío plenamente en todos los que iban así que si ellos habían decidido que ese era el camino es porque estimaban que todos podíamos pasar por allí.

En este momento ya ni pensaba en que hacer más ejercicio de la cuenta a esa altura cuesta un montón... puff.






Aquí Eli me iba cantando como pasar por la cadena. Cuando ya se está agarrada a la cadena, los pasos se van dando moviendo primero las manos y luego dando un paso mirando bien donde se apoyan los pies. La cadena está sujeta a la roca en varios puntos, por lo que se forman varios tramos de cadena, uno nunca entra en un tramo hasta que el que va delante de él lo abandona. Casualmente conocimos al chaval que el fin de semana anterior había asegurado algunos tramos, estas cosas las mantienen los propios montañeros. La foto, así en quieto está chulísma, pero en esos momentos a mi me temblaban las piernas, la voz, hasta los brazos... uff que subidón de adrenalina. Lo que si es cierto que es la parte más emocionante del camino y la que luego recuerdas con mucha satisfacción. Después había un sitio bastante delicado también y era descender desde el final de la cadena hasta la parte de la piedra donde se podía andar, lo único es que había un nevero, como puede apreciarse en la foto, y la cosa no era sencilla para las novatas. Ahí estaba Dani con mucha paciencia ;)

Pasamos por sitios con nieve... esta vez era JoseLuis el que me guiaba



Y después de un rato caminando divisamos el pico del Mulhacén entre nubes y el refugio, apenas una mancha en las faldas del pico.




Ya solo quedaba la última bajada técnica... aquí era Julio el que nos iba guiando, aunque conmigo no hay manera, me cuesta un trabajo enorme hacer las bajadas técnicas con soltura cuando son muy empinadas




Y esto era de esperar... No estoy acostumbrada a llevar mochila y llevar cosas fuera mal aseguradas es lo peor, terminé con la espalda y el cuello hechos picón, bastante más cargados de la cuenta por culpa de este tema.



Ya en el refugio paramos a echar un picoteo para luego subir arriba del todo.



Los últimos metros hasta la cumbre no fueron tan técnicos, aunque costaron. Llevaba los bastones aunque a mitad de camino se los dejé a una mujer que iba bastante agobiada, no estaba acostumbrada y le vinieron muy bien. Y a mi no me venía mal subir sin ellos.

Por fin arriba...



Todos en la cima



Y JoseVal siempre pendiente de nosotras :D



He de decir que JoseLuis entrenando subió dos veces la cima, la primera en 33' y la segunda en 31'... bajaba como las mismísimas cabras, que envidia (de la sana!!), yo de mayor quiero ser como él.

Una vez que nos deleitamos con las vistas desde la cima bajamos, yo incluso hice un tramo trotando, siguiendo las indicaciones de Manoli, lo disfruté mucho. Fuimos nada más bajar a por agua... a un nevero!!! que gracia... recogiendo agua que tuvimos que potabilizar con unas pastillas y que sabían a rayos y truenos. Entre el isostar en polvo que nos dio un chaval y el Tang que trajeron Julio y Manoli, aquello era bebible, aunque hubo un par de botellas para las que no quedaron 'edulcorantes artificiales' y nos la bebimos tal cual. Puaggg... que malo estaba aquello. Lo primero que hice cuando volví a Sevilla fue comprar sobres de Tang, que invento!

Conforme fue cayendo la tarde me fui encontrando regular, no sabía muy bien que pasaba pero estaba como en una pecera, además me dolía la cabeza. Toda la pinta de un mal de altura, así que tomé un ibuprofeno, me abrigué mucho y comí. A eso de las nueve de la noche me fui encontrando cada vez mejor, de hecho nos sentamos todos en el porche y empezamos a contar historias de cosas que nos habían pasado y nos reímos de lo lindo. Además por supuesto de disfrutar del cielo estrellado y sus estrellas fugaces.

A las 22:15 estábamos dentro del saco durmiendo y no desperté hasta las 8:00, que diferencia con la noche que dormi en el refugio del Teide, en la que no pegué ni ojo.

Mari Carmen y yo teníamos claro que la vuelta no queríamos hacerla por la cadena... 'Hoy vamos por pista, disfrutando de las vistas', se nos escuchaba decir, pero lo cierto es que una vez más...




... pasamos por la cadena!! No tenemos palabra, y menos mal porque la segunda vez fue mucho mejor que la primera.

Y luego subimos al veleta...



Ha sido una ruta chulísima, he venido fascinada, aunque con deberes: hay que entrenar en el rocódromo para coger soltura y practicar las bajadas técnicas por el mismo motivo. Me ha servido para desconectar y además reirme un montón. Además de disfrutar de la compañía de los del club que son casi ya como de mi familia. Todos y cada uno de ellos me ha aportado algún conocimiento este fin de semana además de cuidar de mi y de mi técnica :D Muchas gracias a todos por ser como sois y tener taaaanta paciencia.

Nos confundieron con Argentinos...



Nos reímos de lo lindo...



Y más risas...



Hasta la presi de nuestro Club Alcalareño nos tenía preparada una condecoración sorpresa cuando llegamos a Güejar. Más apañá que toas las cosas.

Ahora somos LEONAS DE LAS NIEVES (así reza en la condecoración jejeje)







Pero lo mejor de todo es que estas caras de satisfacción de estas dos novatillas, por todo lo vivido, no se borraron al menos en una semana :D




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