VI Homenaje a los 101 kms




Este fin de semana he ido al VI Homenaje a los 101 kms, en Ronda, 43kms que me tomo como un aperitivo de lo que será Citadelles. Pensaba en ellos como una prueba que me serviría para tomarme el pulso en una maratón de montaña, tiene poco desnivel acumulado y por lo que he estado mirando pienso que no es demasiado técnica.

La verdad es que estaba muy ilusionada con esta prueba, ya que aunque sabía que no podría correr durante los 43 kms, la veía asequible en tipo de recorrido y tiempo límite para hacerla.

Al final los únicos que pudimos apuntarnos fuimos Joseval y yo. Fue curioso porque había que mandar la documentación por correo postal y llegado el viernes, yo estaba hasta arriba en el curro y le dije: "No te preocupes me encargo yo de hacerlo el lunes más tranquila que hoy no puedo". No olvidaré su respuesta: "Loleta, no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Yo me encargo." y así lo hizo, el lunes publicaron en la web que ya no se admitían más inscritos... "Uff!! casi"

Conforme se acercaba la fecha más me ilusionaba la prueba y creo que Joseval estaba igual que yo.

Viendo lo importante que es el alimento que se toma la noche de antes, me aseguro que la cena esté a la altura de la prueba: pasta y chuletón de ternera, queeee rico!

No consigo acostarme todo lo temprano que quería pero no importa porque he descansado bastante durante el viernes y el sábado. A las 6:30 a.m. estoy recogiendo a Joseval, tenemos que recoger los dorsales como muy tarde a las 9.

Durante el viaje vamos comentando cosas de la prueba: perfil, recorrido, el tiempo,... eso si, muy ilusionados, ya que es una prueba que aún siendo un maratón no es exigente en lo que a desnivel respecta, unos 2.100 m acumulados.

Llegamos a Ronda y vamos viendo ya el jaleillo de bicicletas y corredores. Dejamos el coche y nos vamos a recoger los dorsales. Desayunamos y nos preparamos para comenzar.

Habían dado algo de lluvia pero no mucha y las dudas de siempre... ¿qué me pongo? y la misma conclusión de siempre... Cuantas menos cosas lleves, mejor. Por ser novata y aún sabiendo que el entrenamiento con mochila me vendría de perlas para Citadeles, preferí no arriesgar y disfrutar de la prueba llevando lo mínimo indispensable.

Cuando vamos a dejar las cosas en el ropero nos encontramos con Huércano, otro de 'los locos' que se va a embarcar en Citadelles, que aprovecha para darme los últimos papeles que hace falta entregar a la organización. Nos saludamos, y vamos enseguida a sellar nuestros pasaportes, ya que para completar esta prueba debes sellar por los diversos puntos de paso. Otro artilugio más para llevar encima y yo sin mochila me lo pongo dentro del guante... a ver si aguanta.

Dan la salida y está lloviendo, yo llevo una bolsa de basura a modo de chubasquero porque se que en breve me sobrará, como así pude comprobar a los 20 minutos de empezar. Al principio voy con Joseval pero luego, él tira adelante y yo me voy encontrando en un ritmo más lento. Por el camino alcanzo a Huércano, que no pasa desapercibido a nadie, no he visto persona más sociable y que a más gente conozca que él. Pero claro, es un tío que se da a todo el mundo y se nota.

Mi idea era ir corriendo en los llanos y bajadas y andar las subidas, y así lo voy haciendo, con la inseguridad de no saber si iba a aguantar con esa estrategia durante 43 kms. Andando seguro, corriendo... dudaba.

Encontramos lluvia, barro y aire pero es una prueba a la que va mucha gente andarina, y por poco que corras no te ves sola en ningún momento. Así que fui muy durante todo el recorrido. También vi a Pedro, al que había conocido en la Carrera fuera de pista de Montellano el fin de semana anterior.

Veía a grupos de chicos y chicas que iban comentando las estrategias a seguir. Yo en cambio había dejado todos los temores en la salida y simplemente me limitaba a disfrutar del correr, en una prueba que no me superaba mentalmente. De muestra unas fotos:

Huércano y yo al principio del Homenaje a los 101

Disfrutando como una cría.


Llegué al avituallamiento del km 30 con las piernas que acusaban ya la falta de entrenamiento de tiradas largas corriendo. Lo más que había hecho seguido fueron los 26 kms de la maratón de Sevilla. Pero al llegar allí... SORPRESÓN!! Eli estaba esperando para animarnos, me encantó verla allí con su sonrisa de oreja a oreja y con sacos de ánimo para todos los conocidos. Eli, eres única!!!

Con un par de besazos y una grandísima inyección de ánimo me fui escopeteada a terminar los últimos 13 kilómetros, sin duda los más difíciles de toda la prueba. Para las piernas era un suplicio correr, así que intercalaba trote con andar. No había problema ya que había entablado conversación con unos chavales de Murcia y Huércano apareció tan pancho poco después. Es increible, va andando a un ritmo bastante alto y le da igual que las cuestas sean arriba o abajo, que fenómeno!

Llegué en un tiempo de 06:42:06 para los 43 kms. Eso si, al llegar me hubiera comido una vaca... que ricos me supieron el bocadillo de lomo y la cola fresquita que dieron nada más llegar. La organización impecable de principio a fin, no faltó de nada y los avituallamientos todos muy completos.

Como anécdota una mujer, muy ilusionada, me paró para preguntarme como era eso de participar en estas pruebas y que le dijera como tenía que hacer para correr en una. Le conté como había empezado yo y la animé a que no se quedara en una ilusión, sino que lo intentara, que estaba segura de que independientemente de si llegaba más o menos lejos, le aportaría muchísimo.

Llegada a meta triunfante y muy contenta. Después de despedirnos de Eli y sus padres me voy a la ducha. A la salida JoseVal me esperaba con el coche en la puerta... menos mal jejeje. Estiramos un poco y de vuelta las dos muñecas de famosa, fuimos disfrutando de los recuerdos.


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